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Los aceros inoxidables se pueden dividir en cuatro grandes familias: martensíticos, austeníticos, ferríticos y dúplex. En este artículo identificamos las principales características de cada familia.  

 

 

Los aceros inoxidables martensíticos presentan destacables contenidos de cromo (por lo general entre el 10,5 y el 18 %) y de carbono (hasta 1,2 %). Son magnéticos. Tienen una moderada resistencia a la corrosión. Entre sus aptitudes destacan que son endurecibles por tratamiento térmico, lo cual permite que tengan buena resistencia mecánica y dureza. En contraste, son de pobre soldabilidad debido a su alto contenido en carbono y al origen de su dureza. Algunos ejemplos de este grupo son las aleaciones 1.4006 (AISI 410), 1.4021 (AISI 420) o 1.4313 (AISI 415). Un ejemplo de uso es la fabricación de herramientas, la fabricación de herramientas de corte y muelles. 

 

 

Los aceros inoxidables austeníticos se diferencian por tener una excelente resistencia a la corrosión, muy buena conformabilidad y a grandes rasgos son fácilmente soldables. Contienen entre un 16% y un 26% de cromo y un 6% a 22% de níquel. Adicionalmente algunos pueden presentar porcentajes de hasta un 7% de molibdeno. En este grupo encontraríamos por ejemplo a los archiconocidos AISI 304 o AISI 316. Los aceros inoxidables austeníticos son endurecibles por conformado en frío pero no por tratamiento térmico. No son magnéticos. Por sus aptitudes se usan aceros de esta familia en medios muy hostiles como, sistemas de conducción de agua salada y elementos estructurales de plataformas offshore, entre otros.

 

 

Este tipo de aleaciones tiene contenidos de cromo de entre 12 y el 29% y pobres contenidos níquel. Debido a presentar menos porcentaje de este metal, son más económicos que los austeníticos. Destacan por su buena resistencia a la corrosión bajo presión, por picaduras y por resquicios, en medios en contacto con cloruros, lo que permite que a veces se opte por uso en detrimento de los austeníticos. Otras de sus características a subrayar es que son magnéticos, tienen una buena ductilidad y son resistentes a la corrosión y oxidación a temperaturas elevadas. Un ejemplo de acero inoxidable ferrítico es el AISI 430.

 

 

Por último, los aceros inoxidables dúplex son el resultado de combinaciones de propiedades de las familias austenítica y ferrítica obteniendo así un acero inoxidable de altas prestaciones. Los dúplex tienen una tenacidad y ductilidad muy significativas, sin llegar al nivel de los austeníticos. Aunque a diferencia de estos, presentan un límite elástico con valores que casi doblan los de los aceros austeníticos y preservando una resistencia a la corrosión muy pareja. Permiten una buena soldabilidad y conformabilidad. Estos aceros inoxidables están cada vez ganando protagonismo debido a que sus excelentes cualidades permiten en muchos casos que se utilicen como material alternativo a las aleaciones de níquel debido a su coste inferior. Algunos ejemplos de esta familia son el 2205 (S31803) que se utiliza por ejemplo en intercambiadores de calor y diversas aplicaciones de la industria petroquímica. Al 2304 (S32304) se le da amplio uso en las industrias alimenticia, marina, de construcción, energética y minera.

 

 

  

 

Foto Worldsteel