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Detrás del éxito de un proyecto, está, entre otras cosas, la buena selección de los productos utilizados. Este principio es aplicable para aquellos proyectos en los que se usa metal. Es imprescindible cerciorarse de que el metal escogido tenga las propiedades requeridas por el ingeniero o el diseñador industrial, ¿cómo saber si determinado metal reúne los requisitos para un proyecto?

 

Con el fin de conocer las propiedades de un metal, éste es sometido a diversos ensayos o pruebas. Uno de los ensayos que son clave, es el que permite obtener la resistencia a la tracción.

 

La resistencia a la tensión consiste es la máxima fuerza o tensión a la que puede someterse un metal antes de su rotura. El procedimiento empieza colocando la muestra en una máquina, conocida como extensómetro (ver imagen), que aplica una carga progresiva lentamente creciente. Esta carga se mide en newtons de fuerza (N/mm2). Conforme avanza el ensayo y se incrementa la carga, la muestra se va estirando hasta que se rompe. Este estiramiento se conoce como “esfuerzo”. El esfuerzo expresado en porcentaje se conoce por elongación o alargamiento, que se define como el porcentaje de aumento de longitud de la muestra de ensayo.

 

Esta prueba es de suma importancia pues si una pieza que se estira hasta que queda deformada permanentemente, puede ser tan inútil como si se hubiera roto. El máximo esfuerzo que resiste un metal sin sufrir una deformación permanente se denomina límite de elasticidad o elástico.

 

El alargamiento que experimenta una muestra metálica durante un ensayo de tracción es una medida de ductilidad, una propiedad definida como la capacidad de un metal para deformarse/conformarse sin romperse.

 

Una combinación de resistencia y ductilidad en un metal es un excelente indicador de su adecuación a diversos usos en diferentes proyectos de ingeniería.

 

 

 

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