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Como parte del proyecto se realizó la estructura frontal de un VW Caddy de 1979. 

Este proyecto es un trabajo conjunto de varias empresas, entre las que se encuentra Airbus, Altair, CSI, Modell y Heraeus. El objeto era demostrar las posibilidades de la impresión 3D industrial usando como ejemplo la estructura frontal de un modelo clásico del tuning.

 

El desarrollo cubrió todas las etapas de la producción. Los primeros pasos, el cálculo y la construcción y acabados del conjunto. Desde las primeras ideas y bocetos hasta el producto final se tardó nueve meses. La estructura obtenida, destaca por su ligero peso, estabilidad y un alto nivel de integración funcional. 

 

En su diseño se ha tenido en cuenta la gestión del calor generado por el motor, así como del espacio disponible en el hueco del motor y la reducción de peso. También se tuvieron que cumplir los requisitos estructurales de los puntos de confort, rendimiento y seguridad del vehículo.

 

El estructura impresa se diseñó equipada con estructuras autoportantes para proporcionar un enfriamiento de las baterías y frenos mediante un flujo de aire forzado. También se ha integrado en el diseño elementos tales como seguridad pasiva y el almacenamiento de líquidos del motor. Por ejemplo, el recipiente de agua del limpiaparabrisas quedó situado directamente en la estructura delantera del coche.

 

 

La firma CSI se encargó del diseño, cálculo y construcción de la estructura. La construcción del bastidor y de las piezas individuales fabricadas mediante manufactura aditiva fue llevada a cabo por la empresa Modell. El diseño, cálculo, simulación y diseño se hicieron usando el software de Altair. La empresa Airbus APworks asumió el diseño final de los componentes después de las simulaciones. Se hizo con una impresora EOS modelo M 400 3D que imprimió las piezas con el polvo de metal Scalmalloy®, una aleación de aluminio-magnesio-escandio soldable, que es patente de Airbus y la fabrica en forma de polvo la firma Heraeus.

 

 

No hay duda de que la impresión 3D va a ser cada vez más importante en la industria y la manufactura aditiva acabará siendo utilizada en producción en el sector automovilístico en algún momento. La posibilidad de la integración funcional de la impresión 3D a la cadena de montaje, es particularmente interesante desde un punto de vista económico. El proyecto i3-PRINT muestra a todas qué la tecnología 3D puede dar fuerte.

 

 

 

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