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La Unión Europea está considerando tomar acciones en respuesta a la llamada investigación de la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 de los Estados Unidos. De seguir adelante esta medida, tendría un fuerte impacto en el comercio mundial del acero.

 

La investigación de la sección 232, busca determinar si las importaciones a los Estados Unidos pueden representar algún tipo de amenaza para la seguridad del país. Dicha investigación tiene en el punto de mira el volumen de las importaciones de acero desde la Unión Europea, con Alemania a la cabeza. Las conclusiones de esta investigación podrían llevar a que las autoridades limitasen de forma contundente el volumen de las importaciones de esta materia prima.

 

Ya sabemos que no se vive una situación nada tranquila en el mercado internacional del acero y este nuevo frente abierto no parece que vaya a mejorar las cosas. Al contrario, desde la Unión Europea ya han sonado todas las alarmas. Se arguye que la medida no tiene nada que ver con la seguridad norteamericana si no más bien, es una maniobra que busca proteger la industria local estadounidense. Además según los expertos, se está perdiendo de vista el problema más importante de la industria en este momento: la sobreproducción mundial de este metal y la ineludible implicación de China al respecto (lea más en este enlace)

 

Por otro lado, existe un temor creciente de que la investigación de la sección 232 que ahora afecta al mercado del acero, provoque a medio plazo un efecto dominó que acabe afectando a otras materias primas como las de aluminio.

 

Según American Iron & Steel Institute las importaciones de acero de Estados Unidos se elevaron a sus niveles de volumen más altos en 2014 y 2015, alcanzando una cuota del 34% de la demanda en el tercer trimestre de 2015. Al mismo tiempo, en Estados Unidos las transacciones de la industria siderúrgica y sus niveles de empleo cayeron hasta un 26% en el primer trimestre de 2017.

Por el presente, las importaciones todavía no están por debajo de sus niveles históricos y de hecho, en 2017, las importaciones de productos acabados han aumentado de nuevo hasta la fecha, un 23% más que en el mismo período en 2016.

 

La Unión Europea sigue muy de cerca el avance de la investigación de la sección 232, sin descartar posibles represalias, quizá en forma de medidas de reciprocidad. ¿Puede ser esta investigación 232 el detonante de una guerra comercial?