El coronavirus tiene una influencia pasajera sobre los metales

La llegada del coronavirus y sus potenciales riesgos ha supuesto una caída del 8,7% del níquel.
 
El temor a una posible propagación del coronavirus relaciona este último episodio de deflación de los precios de los metales con la enorme influencia de China en la actividad industrial mundial. La demanda china representa alrededor del 50% de la producción de la mayoría de los metales básicos. Quédense con estas cifras sobre la producción global de acero, China: 1980 (5,1%), 2017 (49,1%), 2019 (56%) (fuente: World Steel Association). 
 
El crecimiento mundial va de la mano con los índices de precios de los metales industriales. Si observamos el período que comenzó en 1987 y terminó en 2019, el crecimiento económico mundial (medido por el FMI) generó una fuerte correlación con los metales. En los últimos cinco años los metales industriales han actuado incluso como un indicador adelantado de la caída de las Bolsas. 
 
Las expectativas de una aceleración del crecimiento mundial esperada del 3,3% en 2020 se ven ahora desafiadas por el curso desconocido de un nuevo coronavirus. Los precios de los metales base como los del acero inoxidable eran débiles antes de la llegada de los temores de una pandemia. Incluso antes del brote del coronavirus, la actividad industrial mundial se estaba estabilizando a un ritmo lento o suave desaceleración (lea más aquí)
 
Si ocurre lo inimaginable y se produce una pandemia mundial en toda regla (y esto es puro especular), la sacudida para los precios de los productos industriales sería considerable. Moody’s estima que su índice de precios de metales caería un 26% y el precio del crudo un 43% frente a cotizaciones recientes.
 
Acero
 
 
Está claro que el coronavirus le estropea el trimestre económico a China, puede que para la global y casi seguro que a algunos resultados empresariales.
 
Pero más que la pandemia, lo que sacude el mercado es el exceso de capacidad de producción, que tira a la baja los precios de los productos básicos y los productos acabados y en especial del acero.
La eliminación de la amenaza del coronavirus no ofrece ninguna garantía de que los precios de los productos industriales o de los aceros inoxidables vuelvan rápidamente a sus niveles máximos. De hecho, lo más probable que suceda es que la actividad industrial mundial siga siendo inferior que la capacidad de utilización de las acerías y en general, de la capacidad de producción mundial.
 
El coronavirus más temido se llama CO2
No olvidemos que la Comisión de la UE está planeando imponer un ajuste fiscal en los llamados CBTA, el arancel que grava las emisiones de carbono a todos los bienes importados a la UE.
El precio del carbono en Europa se ha elevado a más de 25 euros por tonelada de dióxido de carbono (CO2), y se prevé que aumente a largo plazo. 
Sobre este tema sí que hay un gran número de incertidumbres. Por el momento no se sabe siquiera qué productos dentro de cualquier cadena de valor van a ser gravados. El acero, el cemento y la energía son los objetivos normativos muy a su pesar. Existe el riesgo de que los productores de la UE incurran en mayores costos normativos que no puedan trasladar a sus clientes. Y esto viene para quedarse.
 
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