Avances en sensores termicos para vehículos autonomos

El desarrollo de sistemas térmicos infrarrojos y largo alcance permite avanzar en la tecnología del automóvil autónomo.

sensor

Los nuevos sensores térmicos LWIR de largo alcance son más pequeños, con menor consumo y mejor rendimiento. Estos detectores fabricados sobre óxidos de vanadio combinan diferentes lentes que permiten llevar al interior del vehículo imágenes, vídeo o datos a los controladores de sensores periféricos bajo una interfaz de comunicación estándar.

La instalación de múltiples cámaras de detección térmica permiten ampliar las capacidades de detección y mejoran la seguridad del coche autónomo. Las cámaras de detección térmica son una pieza clave para la seguridad, en especial, cuando las condiciones son de baja visibilidad y alto contraste, por ejemplo, de noche, ante sombras, al anochecer o atardecer, frente al sol directo o al resplandor de otros faros. También muestran su potencial ante situaciones climáticas adversas como niebla o condiciones ambientales como el humo. Cuando se combinan con el análisis en tiempo real, las cámaras de detección térmica permiten detectar y clasificar una amplia gama de objetos comunes de la carretera y son particularmente útiles para detectar personas y objetos vivos. Básicamente estos sensores detectan el calor de cualquier cosa, recopilando información adicional al resto de sensores del vehículo autónomo, contribuyendo así a la fiabilidad de la conducción.

La fabricación de estos sensores

La tecnología activa de muchos sensores envueltos en la conducción autónoma necesitan un "housing" o alojamiento metálico que garantice su funcionamiento. Además este debe ser diseñado acorde a las exigencias de las grandes series de fabricación. Mediante la embutición profunda de materiales metálicos se consigue la fabricación de este tipo de piezas complejas.

Los requerimientos técnicos para la fabricación de sensores de proximidad son:

Restricciones del magnetismo residual. El objetivo es reducir el magnetismo presente para no alterar la función del sensor ni de la electrónica.

Mayor dureza y resistencia. Acabados superficiales como la nitruración por plasma o la tecnología SWEP llevando la dureza hasta ≤1600 Mpa 

Materiales metálicos ligeros. Empleo de metales como el titanio en la embutición profunda, con acabados como decapado, electro pulido o anodizado.

En ocasiones, altas temperaturas. Utilización de aleaciones como pueden ser el Alloy 625. 

Un estricto control de calidad. Sensores fabricados con cero defectos y una seguridad de medición, el rendimiento y la vida útil del sensor.

Trazabilidad completa. Identificación integral de todas las piezas que componen al sensor, así como los lotes de fabricación. 

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Fotografía sensor Flir.

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