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El titanio se consolida como una solución fiable en materia de implantología.

 

 

Entre los múltiples desafíos que enfrenta la implantología se encuentra hallar metales que logren una perfecta adaptación al entorno del cuerpo humano.

 

El uso de ortopedias metálicas es muy común. Estas ortopedias deben evitar rechazo y posibles infecciones provocadas por sensibilidad del paciente al metal o alergia a algunas de las sustancias que lo componen, como por el ejemplo, el níquel. 

 

Existen 2 grandes tipos de ortopedias basadas en aleaciones metálicas: la de cromo cobalto y la de titanio.

 

El cromo cobalto requiere de una técnica compleja para su trabajado. Además el cromo tiene un punto de fusión muy alto y es de difícil pulido.

 

Por su parte, las ortopedias de titanio de grado médico son una solución que ofrece muchas ventajas. Por ejemplo, este metal biocompatible contiene menos de 1 % de níquel lo que evita, casi en su totalidad, reacciones alérgicas a este metal. 

 

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