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Se notan los efectos de la Sección 232.

 

Finalmente, el gobierno americano activó la famosa Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial que (desde 1962) otorga al gobierno norteamericano la capacidad de vetar importaciones mediante aranceles, si estas representan algún tipo de amenaza para la seguridad del país. Después de 270 días de investigación (tal como informamos en su momento) el Departamento de Comercio emitió un informe con las conclusiones de la investigación. 

Los resultados de este informe hechos públicos (ver) concluyeron que las importaciones de acero y aluminio "amenazaban con perjudicar la seguridad nacional". Los informes encontraron que las importaciones de acero de los Estados Unidos eran casi cuatro veces el volumen de sus exportaciones. El Departamento de Comercio recomendó que el presidente Trump tomar medidas para proteger la viabilidad a largo plazo de las industrias de acero y aluminio del país. Debido a esto, el presidente Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 25%, que se aplicaría en los Estados Unidos a partir del 23 de marzo de 2018.

 

La primera reacción de los productores estadounidenses de bobinas de acero inoxidable fue subir sus precios. Se esperaba con este movimiento desalentar cualquier compra movida por el pánico y, en cierta medida, evitar una sensación de escasez a corto plazo. A continuación, rápidamente se emitieron exenciones de imposición inmediata de los aranceles. En realidad, en muchos casos, la acción arancelaria simplemente se ha retrasado en el tiempo, a la espera de nuevas negociaciones. 

Aunque la imposición efectiva de aranceles ha quedado de momento en la indefinición, parte del objetivo está cumplido, pues los compradores se han vuelto reacios a realizar pedidos a proveedores de ciertos países, por temor a que los aranceles puedan volverse en contra en el momento en que se entregue el material. 

 

Con esta situación creada en el mercado los vendedores norteamericanos se aseguran poder mantener sus precios elevados en el corto plazo.

 

En otras regiones, estos eventos ha supuesto recordar el fantasma de un exceso de bobinas de acero inoxidable en el mercado. Como algunos productores han perdido ventas en Estados Unidos, han vuelto a sus mercados de origen con agresivas ofertas a la baja.

 

En Europa, a pesar de que los mercados tiran bien y hay percepción de una fuerte demanda, los precios de venta de bobinas de acero inoxidable cayeron en marzo. Y podrían seguir disminuyendo en abril (ver noticia).

 

Además se añade la percepción de que los valores de níquel negociados en el LME pudieran haber tocado su punto más alto para el presente ciclo actual. Además, los precios del mercado chino de bobinas de acero inoxidable han caído las últimas semanas.

 

 

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